jueves, 10 de diciembre de 2015

¡El pensamiento grupal mata el poder de la colaboración!



Por Betzabeth Romero
Country Manager para Jabra México

Algunos de los mayores errores en la historia pueden ser atribuidos al pensamiento grupal.  Con las nuevas investigaciones sobre el tema surgen nuevos consejos prácticos para mantenerlo fuera de tus procesos de toma de decisiones.

Alguna vez te topaste con una decisión corporativa que te pareciera tan alucinante que incluso sacudiera tus fundamentos como para preguntarte, “¿En qué estaban pensando?”  Yo también.
En muchos casos, esas decisiones fueron concebidas bajo el concepto de pensamiento grupal.  Esto es lo que ocurre cuando sujetos inteligentes se sienten presionados para cumplir con las opiniones expresadas por los influenciadores.  Los miembros dudan en expresar sus preocupaciones por temor a ser ridiculizado y a falta del disentimiento, asumen que todos los demás aprueban las decisiones que se toman.
Quizás la mayor falla de comercialización que haya surgido, fue de Coca Cola quien lanzó a mediados de los 80’s la Nueva Coca, originada de un proceso de pensamiento grupal.  Más recientemente, la crisis bancaria global de 2008 fue desencadenada por un épico patrón de pensamiento grupal.
Pero el pensamiento grupal no está sólo limitado a la gran escala de decisiones corporativas.  Las pequeñas, tales como comprar programas, lanzamientos de nuevos productos o hasta contratar un nuevo empleado, pueden ser víctimas del mismo origen.
Y eso me preocupa.  En una organización plana de nivel global, la colaboración productiva y la toma de decisiones colectivas son clave.  Cuando consideras cuantas decisiones colaborativas una compañía toma diario, el potencial para algunas, o muchas, de infectarse con el pensamiento grupal es asombroso.  Esto puede desorientar los beneficios mostrados por el movimiento colaborativo!
Nuevas investigaciones y Razones por las qué preocuparse

Aunque el concepto de pensamiento grupal ha existido por décadas, algunos nuevos y posiblemente más preocupantes pensamientos han emergido en un libro, “Más sabio: Ir más allá del pensamiento grupal para hacer grupos más inteligentes”, por Cass Sunstein, profesor en la Universidad de Harvard.
El libro sostiene que el proceso de deliberación de un grupo en realidad tiende a amplificar, en lugar de corregir, errores.  Peor aún, mientras que se debate un problema, el grupo eventualmente se replanteará una posición aún más extrema de la que adoptó en un principio para enfocarse solo en la información que apoya su punto de vista, haciendo de lado la información contradictoria.
El resultado, como todos sabemos, es una malísima decisión.
Así que, ¿cómo evitamos el azote del pensamiento grupal en nuestras decisiones colaborativas? Afortunadamente, el libro nos ofrece unas ideas, las cuales puede utilizar durante su próxima sesión de toma de decisiones.
Enfoque sobre las cosas correctas.  Asegúrate de que el equipo de colaboradores se centre en responder a la pregunta correcta o resolver el problema correcto.  Antes de finalizar tu decisión, regresa y revisa el problema original que se pretendía resolver.
No hablar: ¡escuchar! Los líderes de opinión de carácter fuerte son demasiado a menudo la causa del pensamiento grupal.  Durante las discusiones grupales, la gente debe dedicar al menos el 80% de su tiempo para escuchar y observar y solo el 20% para hablar.
Alentar otras perspectivas.  El grupo debe adoptar una actitud que aliente firmemente a los miembros del equipo a expresar una diversidad de perspectivas, especialmente basadas en principios discordantes.
No confiar en sólo parte de la información.  Al reunir información para tomar una decisión, asegúrate de consultar todas las fuentes relevantes y comparte toda la información recolectada con el grupo.
Busca el desacuerdo.  Sé el abogado del diablo al examinar cada opción que estés estudiando.  Cuando hayas escogido una, selecciona uno o más miembros del equipo o incluso obtén un segundo grupo para poner a prueba tu decisión.
Afrontémoslo: Las decisiones tomadas en grupo no son nunca sencillas.  Y aún menos cuando han sido tomadas por el pensamiento grupal.  Sabiendo de él y cómo evitarlo puede ayudarnos a conocer el potencial del colectivo e incrementar la productividad de la colaboración.

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